EL ÚLTIMO DÍA DE LA SEMANA
Es el último día de la semana y sigo sin inquietarme por el dinero. Quizás haya metido la pata o quizás el infortunio me ha asignado el papel de diana. En cualquier caso estoy sin blanca pero no siento rabia. Estoy aprendiendo a disfrutar del terreno. La frialdad del parking del Centro ya queda muy lejos. Ahora me cruzo con el zorro. No te muevas que quiero tu foto. Después corro y me topo con una unidad de caballos. Entre las montañas han encontrado el descanso. La preocupación es un invento del pasado que altera el presente. Y ahora quiero centrar mi mente. Corro salteando el terreno. Asfalto, tierra compacta, raíz y piedra. La vuelta tiene su efecto. Es el último día de la semana y sigo sin inquietarme por el dinero. ¡Ya tengo lo que más quiero!