EL RECONOCIMIENTO
Ha sucedido de manera excepcional. Conduciendo por carreteras que descorchan las neuronas del pensamiento mágico he localizado ese maravilloso lugar en el que habitan adictos a los alucinógenos del reconocimiento. Pastillas, chupa dedos, inyecciones de éxito, de like. La tentación me ha abierto los poros de la piel pero he mantenido las manos en el volante, he asegurado los seguros de las puertas y le he susurrado a mi vida que se quede tranquila. Que la nuestra es más colorida, más divertida, más nutrida, más extrovertida, más suicida, más bandida, más prohibida. A veces incluso más dolida, más socorrida, más despavorida. Pero siempre más vivida.