LE GÉANT
Ha llegado el momento en el que ya no tengo miedo. Puedo caminar descalzo por un suelo aceitoso, cargando en ambas manos diez botellas de cerveza. O llego o reviento. Y por el camino es muy probable que pierda a los amigos. Correr, sudar en estático, escapada de gato pardo a la pequeña ciudad de los cuatro ríos. Y después entra la luna y el suelo, entre el bosque y el desierto, entre el gemido y el silencio, entre el sofoco y el frío, el mundo se presenta con su implacable verdad: Llego y reviento. Le Géant est toujours si grand, si beaux!