BABY JANE
La nevera me sonríe como la psicópata Baby Jane. Si te abro se me van a dilatar las pupilas. Si te abro me aniquilas. Y todavía es demasiado pronto para que florezcan rosas de mi cuerpo. ¿Volveré a la discoteca? Quizás en un tiempo cuando tanta ciencia acabe con mi paciencia. Pero ahora quiero caminos de ida y vuelta. Quiero que me duelan las piernas y verlas secas. Ahora la nevera llora de pena. Y el cielo está vacío, como ella. La libertad tiene aires de leyenda. En una comida de viernes con brisa de sabátic atiendo a una historia de espontaneidad lujosa: de Barcelona a la Concha en cabra. Hay animales escasos de calma. Los enamorados, Kiosku, Aubergine, Salvador… calma y aplomo mucho antes de agosto.