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Pese al extenso limo que ahogó los pasos de la huída, un asomo de optimismo quiso distinguirse cuando se encontró con el espejo. La singularidad se abrazaba con la normalidad y bailaban un tema de Asaf Avidan. ¿Qué simbolizaba aquella proyección? No tenía la menor idea, pero la ilusión existía y así se escribió en la despedida del ANO 2022. Y ha llegado el mes de Febrero con su armonía y su contrapeso. Con su moderación y su compresión. Con su paz y su fascinación. Vino, pavés de raíces, mejoras de paz doméstica, ciclismo y atardeceres que invitan al brindis: ¡Por mañana!