LOS MALOS PERROS DUERMEN
Con el cinturón ciñendo los movimientos, los horarios y las actividades todos los candados de las teleras de ganado se abren a la misma hora y una manifestación de borregos sale en estampida sin finalidad a la vista. Por suerte todavía existen ciertos momentos de desapego con todo aquello que es muy feo. Can Llong amanece húmedo y es excitante al comprobar que no hay nadie. Un paso al frente para correr por sus pistas, sus senderos, su espesura y su hermosura. Ningún color repelente, ni ninguna bici pestilente. A las seis, los malos perros duermen.