¡DISFRUTEN SEÑORES, DISFRUTEN!
Recuerdo aquellas palabras de Luís Mayo cuando llegamos al Vélodrome André-Pétrieux: ¡Disfruten señores, disfruten! Un canto a la vida luchando por combatir al tridente tiempo - espacio - ceniza. ¡Vida eterna para quien saborea el presente! Sentado en el sofá e hipnotizado frente al televisor me resulta imposible no hacerle caso a las emociones: pocas cosas pueden equipararse a un domingo de Roubaix.
La novela gráfica de Emil Zátopek también me está regalando brillantes momentos de pausa e imaginación.