AZUL MAYA
Ya no hay mil en abril y su calima bochornosa nos ha traído de nuevo al camino entre pinos que desemboca en la playa del oro. Más silencio que ruido. Más espacio que amontonados. Más inspiraciones que sofocos. Baños frescos, cervezas frescas, siestas frescas. ¡Qué bien sientan! Travesía de mar y en la montaña un baño de polvo a rueda de un admirable Santana de color azul maya.