CUIDADO, PODEMOS LLEGAR A SER DESPRECIABLES
Desde bien pequeños tenemos la capital capacidad para distinguir una insólita cantidad de logotipos pero carecemos de la inquietud para conocer las plantas que habitan en nuestro jardín. Observamos a seres despreciables pisoteando una cadena de hormigas trabajando. Y entonces nos preguntamos, ¿si desapareciésemos, esos pequeños insectos conocidos como hormigas, se darían cuenta de nuestra ausencia definitiva? Y la respuesta es contundente: ¡no! La trivialidad es intrascendente. La belleza ya existía en su formación. El maquillaje es una trivialidad despreciable que avanza pisoteando lo esencial.