EL SORPRENDENTE ESCONDITE DE LA CARRERA A PIE
Hace unos pocos años me refugié en la carrera a pie para centrifugar la ponzoña de aquel presente. Solo y algo triste, salí a correr todos los días y el resultado fue la desinfección de los recuerdos. Ahora han llegado otros tiempos, alegres y bulliciosos. Concentrados y comprimidos. Enérgicos y fugaces. Unos días de malabarismos que me han llevado de nuevo al sorprendente escondite de la carrera a pie.
Estas son algunas de las fotografías de una semana en la que he superado la barrera de los 100. Les centbornards quedan todavía muy lejos…