UNA NOCHE NOSTÁLGICA
Ayer fue una noche nostálgica. Todos se fueron del escenario. Todos excepto Brian May. Con paso tranquilo, sin guitarra en la mano, caminó por el escenario hasta pararse justo en el borde que delimitaba la pasarela con el público. Allí se sentó en un taburete. Un auxiliar le acercó una guitarra española. Todo estaba a oscuras excepto Brian May. Un foco cálido se fijó sobre él para crear un ambiente íntimo y próximo. Se dirigió al público. Sabía en qué lugar estaba. Un solo de guitarra española. Unos pocos aplaudimos. El resto destrozó el momento.
Ayer fue una noche nostálgica. Las linternas rompieron la magia. ¡Cuánto eché de menos la llama de los mecheros!