De qué le sirve mirar más allá de la cercanía. Prescindir del diálogo y decirle adiós al papel. Abandonar el arte y la belleza de la caligrafía. Cambiar las caricias por un índice que se desliza. Mal vivir con una sensibilidad programada que le roba los minutos. Sus pies ya no saben lo que es el barro. Y tu nombre... tu nombre no lo ha olvidado. Deshumanizado no ha pensado en preguntarlo. Entra, sale y se encierra. Tristeza.